La Piedra Moabita – Una Voz de la Edad del Hierro
Descubre uno de los artefactos arqueológicos más importantes jamás encontrados en Oriente Medio. La Estela de Mesha, también llamada la Piedra Moabita, es una inscripción increíblemente antigua que ofrece un relato directo de la historia del siglo IX a.C. Esta monumental piedra es una pieza clave para comprender los reinos de la antigua Jordania y sus relaciones con sus vecinos, contada desde la perspectiva de un rey moabita.
– Mención más antigua de Israel antiguo: La estela contiene la referencia extrabíblica más antigua conocida al Reino de Israel y a su deidad Yahvé, siendo invaluable para historiadores y arqueólogos.
– Perspectiva del rival: Presenta la versión del rey moabita Mesha de los eventos descritos en la Biblia hebrea (2 Reyes 3), ofreciendo el “otro lado de la historia” desde una fuente contemporánea.
– Tesoro lingüístico: La extensa inscripción es un ejemplo clave del idioma moabita, estrechamente relacionado con el hebreo, escrita en un alfabeto derivado del fenicio, antecesor de los alfabetos hebreo y árabe modernos.
– Registro histórico: Detalla la rebelión, las campañas militares y los proyectos de construcción del rey Mesha, ofreciendo un vívido panorama de la política y sociedad de la Edad del Hierro.
– La original y las réplicas: La estela original se encuentra en el Museo del Louvre en París. Sin embargo, se puede ver una réplica de alta calidad en el Museo de Jordania en Amán, permitiendo a los visitantes examinar sus detalles de cerca.
– La inscripción: El texto consta de 34 líneas, celebrando la victoria del rey Mesha sobre los israelitas y su dedicación de objetos capturados a su dios Chemosh.
– Dhiban (Dibon): Visita el sitio arqueológico de Dhiban, la antigua capital de Moab, donde se descubrió la estela. Aunque la estela original ya no está allí, estar en el tel (túmulo antiguo) conecta poderosamente con sus orígenes.
– 840 a.C.: Erigida por el rey Mesha de Moab en la ciudad de Dibon (actual Dhiban) para conmemorar su victoria sobre los israelitas.
– 1868 d.C.: Descubierta por casualidad por un misionero alemán en Dhiban, causando gran emoción en el mundo académico.
– Década de 1870: Desafortunadamente, la estela fue rota durante un conflicto entre beduinos locales y autoridades otomanas. La mayoría de los fragmentos se recuperaron y ensamblaron posteriormente.
– Actualidad: El original restaurado se exhibe en el Louvre, París, mientras que la réplica en el Museo de Jordania es un destacado atractivo.
– Ubicación (para ver la réplica): Museo de Jordania, centro de Amán. El sitio de descubrimiento se encuentra en Dhiban, a unos 70 km al sur de Amán.
– Duración recomendada en el Museo de Jordania: 20–30 minutos para estudiar la réplica y leer la información complementaria. Una visita al sitio arqueológico de Dhiban puede tomar alrededor de 1 hora.
– Mejor época para visitar Dhiban: Primavera (marzo–mayo) u otoño (septiembre–noviembre), con clima agradable. El sitio tiene poca sombra.
– Tamaño del sitio: La estela es una losa de basalto de aproximadamente 1,15 m de alto y 60 cm de ancho. El tel arqueológico de Dhiban es extenso, cubriendo varias hectáreas.
– Ver la réplica primero: Visita el Museo de Jordania para comprender la importancia de la estela antes de explorar el túmulo antiguo en Dhiban.
– Contrata un guía para Dhiban: El sitio está mayormente sin señalizar; un guía experto es esencial para entender su disposición y conexión con la historia de la estela.
– Combina tu viaje: Dhiban se encuentra idealmente ubicado para combinar visitas al Castillo de Karak, Macherus (donde fue encarcelado Juan el Bautista) y el Mar Muerto.
– Museo de Jordania: Alberga otros increíbles artefactos jordanos, como las estatuas de Ain Ghazal, las figuras humanas más antiguas jamás encontradas.
– Castillo de Karak: Fortaleza masiva de la era cruzada, que domina la ciudad de Karak y ofrece un capítulo posterior en la historia estratégica de Jordania.
– Ruta del Rey: Conduce por una de las rutas de comunicación de uso continuo más antiguas del mundo, conectando sitios antiguos como un collar de perlas.
Aunque la piedra original está en el extranjero, su historia es profundamente jordana. Es un poderoso recordatorio de que las tierras de la Jordania moderna fueron hogar de reinos poderosos y sofisticados mucho antes de los romanos y nabateos. Da voz al rey Mesha y al pueblo moabita, situándolos firmemente en el mapa de la historia.